El 3 de enero, un ataque aéreo estadounidense mató a uno de los principales mandos militares iraníes, Qassem Soleimani. El ataque, dirigido contra un convoy de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) cerca del aeropuerto internacional de Bagdad, mató también al comandante de las FMP Abu Mahdi al-Muhandis. En respuesta, los dirigentes iraníes prometieron una «severa venganza».

El ataque se produce tras un ataque con cohetes que mató a un contratista estadounidense el 27 de diciembre, un ataque aéreo estadounidense de represalia que mató a 25 militantes de las PMF el 29 de diciembre y el asalto a la embajada estadounidense en Bagdad por manifestantes afiliados a las PMF el 31 de diciembre. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, dijo que Soleimani planeaba un «ataque inminente». El Pentágono declaró que el ataque era una «acción defensiva» para disuadir futuros ataques de Irán.

Respuesta de Irán

Las opciones de contrarrespuesta más severas son también las menos probables. Aunque Irán podría atacar directamente a las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, ello invitaría a Estados Unidos a atacar territorio iraní. Es más probable que Irán busque respuestas no convencionales que permitan tomar represalias sin arriesgarse a un ataque contra su territorio.

Irán podría llevar a cabo una campaña de hostigamiento creciente contra las fuerzas e intereses estadounidenses en la región, en lugar de un único acto de represalia.

Irán podría llevar a cabo ciberataques contra las infraestructuras, el comercio u otros intereses de Estados Unidos. Irán podría atacar el transporte marítimo internacional en el Golfo, o acosar de cualquier otro modo a los buques estadounidenses en las vías navegables de la región.

Irán también podría acelerar los esfuerzos para desarrollar su programa nuclear. Irán o sus aliados podrían atentar contra generales o embajadores estadounidenses como represalia por la muerte de Soleimani.

Además, los apoderados de Irán -incluidas las milicias PMF en Irak, los rebeldes Houthi en Yemen y los militantes de Hezbolá en Líbano- podrían llevar a cabo campañas de represalia en toda la región.

Son probables los ataques con cohetes de las PMF contra las bases que albergan tropas estadounidenses en Irak. Además, los manifestantes podrían asaltar e intentar cerrar la embajada estadounidense en Bagdad. Los rebeldes Houthi podrían lanzar ataques contra infraestructuras críticas en Arabia Saudí. Hezbolá podría atentar contra intereses estadounidenses en Líbano.

El Departamento de Estado de Estados Unidos ha incluido a Irán en su lista de Estados patrocinadores del terrorismo desde 1984. La Fuerza Quds del CGRI ha estado implicada en varios incidentes terroristas en todo el mundo, incluidos Oriente Medio, África y Latinoamérica.

Irán podría patrocinar nuevos atentados terroristas contra Estados Unidos y sus aliados prácticamente en cualquier parte del mundo, utilizando sus propios operativos o a través de grupos interpuestos.

Amenazas para los occidentales

Los occidentales -especialmente los estadounidenses- que viajan o trabajan en la región del Golfo Pérsico corren el riesgo de sufrir represalias, como posibles secuestros, detenciones arbitrarias y delitos violentos. Las amenazas son especialmente graves para los expatriados que trabajan para empresas transnacionales occidentales que operan en Oriente Próximo, a saber, Irak, Irán, Arabia Saudí, Omán, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Qatar.

Es posible que se produzcan manifestaciones violentas contra las políticas estadounidenses en todo el mundo. Es posible que individuos o grupos simpatizantes de Irán ejerzan la violencia de vigilantes contra los occidentales, especialmente en las proximidades de las manifestaciones. Pueden darse casos aislados de acoso, agresión y otros tipos de violencia física en zonas más pobladas.

Consejos

  • Asegúrese de que dispone de comunicaciones funcionales e informe a otra persona de su plan, incluida la hora de regreso.
  • Mantenga la precaución y sea consciente de la situación en todo momento.
  • Evite viajar solo.
  • Mantenga un perfil bajo y permanezca alerta ante posibles vigilancias.
  • Evite establecer rutinas y varíe las rutas.
  • Evite todas las protestas y manifestaciones para minimizar el riesgo de exposición a la violencia incidental.
  • Planifique rutas alternativas para evitar los lugares de las protestas.
  • Si se encuentra con disturbios, abandone la zona lo antes posible o busque refugio hasta que la situación se estabilice.
  • Regístrese en su embajada e inscríbase para recibir alertas y avisos.

Siga atento a los medios de comunicación locales y consulte la información actualizada.

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