Artículo destacado:

  • El turismo religioso incluye peregrinaciones, visitas turísticas y exploración cultural en lugares sagrados como La Meca, Ciudad del Vaticano y Bodhi Gaya.
  • Las motivaciones van desde la devoción espiritual y la curación hasta la historia, la cultura y el turismo recreativo.
  • Entre los principales lugares figuran Jerusalén, el Templo Dorado de Amritsar y destinos sagrados de todo el mundo.
  • Entre los riesgos figuran la delincuencia, las estafas, los peligros de las multitudes y las sensibilidades culturales que exigen vigilancia y respeto.
  • Los expertos de Global Rescue ofrecen estrategias de seguridad, incluidos conductores locales, protección de la identidad y planes de emergencia.

 

 

El turismo religioso es una de las formas más antiguas y extendidas de viajar. Desde las primeras peregrinaciones de la antigüedad hasta los viajes internacionales de hoy, millones de personas cruzan fronteras cada año para visitar lugares sagrados, asistir a festivales o conectar con su fe. Para algunos, el viaje consiste en cumplir un deber espiritual de toda la vida, mientras que para otros es una búsqueda de cultura, historia o incluso aventura.

El turismo religioso puede definirse como un viaje con fines religiosos, incluidas las peregrinaciones, los retiros espirituales o las visitas culturales a monumentos sagrados. Su alcance abarca desde viajes de profunda devoción hasta visitas turísticas recreativas. Por ejemplo, un cristiano puede recorrer el Camino de Santiago en España para renovarse personalmente, mientras que un aficionado a la historia puede visitar Jerusalén para conocer su papel como encrucijada de la fe.

Las motivaciones son tan variadas como los propios viajeros. Para muchos, el impulso proviene de la devoción, el deseo de fortalecer su fe o cumplir una obligación religiosa. Los peregrinos a La Meca encarnan esto, ya que el Hayy es uno de los Cinco Pilares del Islam y un deber para todos los musulmanes física y económicamente capaces de completarlo.

Otros buscan curación, reflexión o paz interior. Bodhi Gaya, en la India, donde Buda alcanzó la iluminación, atrae tanto a peregrinos budistas como a visitantes profanos que buscan tranquilidad y meditación. Otros, motivados por la historia, la arquitectura y el arte, eligen viajes religiosos que ponen de relieve el legado cultural de los lugares sagrados.

 

Ciudad del Vaticano, Benarés, La Meca y mucho más

Los lugares sagrados ejercen una atracción magnética sobre todas las religiones. En la Ciudad del Vaticano, millones de católicos y viajeros curiosos acuden a la Basílica de San Pedro, la Capilla Sixtina y las audiencias papales. Sólo en 2024, los Museos Vaticanos recibieron unos 6,8 millones de visitantes, una clara señal de su papel como imán espiritual y cultural.

Para los hindúes, Benarés, junto al río Ganges, es una de las ciudades más sagradas de la Tierra. Los peregrinos se bañan en las aguas sagradas al amanecer, creyendo que purifican el alma y traen la liberación del ciclo del renacimiento. Los ghats que bordean el río combinan rituales, devoción y la vitalidad de la vida cotidiana.

El Templo Dorado de Amritsar es el corazón del sijismo. Su fachada dorada resplandece sobre las aguas del Amrit Sarovar, el estanque que lo rodea. Los visitantes no sólo experimentan una maravilla visual, sino también la tradición sij del langar, una comida comunitaria gratuita que se sirve a diario a miles de personas, independientemente de su fe o procedencia.

Jerusalén es otro destino central para múltiples religiones. Los cristianos visitan la Iglesia del Santo Sepulcro, los judíos rezan en el Muro de las Lamentaciones y los musulmanes se reúnen en la Mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca. Los datos turísticos demuestran su popularidad: en 2022, Jerusalén acogió cerca de 2,39 millones de pernoctaciones de visitantes extranjeros, lo que la convierte en la ciudad más visitada de Israel.

La Meca, en Arabia Saudí, representa la cumbre del turismo religioso para los musulmanes. Cada año, millones de personas realizan la peregrinación del Hayy. En 2025 acudieron 1,67 millones de peregrinos, mientras que en 2024 la cifra se situó en 1,83 millones. Incluso fuera del Hajj, la peregrinación Umrah mantiene constante el flujo de visitantes a La Meca durante todo el año.

Bodh Gaya, en la India, es sagrado para los budistas por ser el lugar donde Siddhartha Gautama alcanzó la iluminación bajo el árbol Bodhi. El complejo del templo de Mahabodhi atrae a unos 4 millones de visitantes anuales en años normales, y las cifras para 2023 indican unos 3 millones de visitantes nacionales y 300.000 extranjeros. Los monasterios circundantes hacen de la ciudad un centro mundial de la cultura budista.

Estos ejemplos ponen de relieve cómo los destinos religiosos sirven tanto de centros espirituales como de tesoros culturales, acogiendo no sólo a los fieles sino también a quienes buscan comprender las tradiciones globales.

 

Actividades de turismo religioso

Las actividades que se realizan durante los viajes religiosos son diversas. Algunos viajeros participan en servicios de culto, rituales de oración o retiros de meditación. Otros asisten a festivales multitudinarios, que se cuentan entre los aspectos más memorables del turismo religioso.

El Kumbh Mela de la India es el mayor encuentro religioso del planeta. El Prayag Maha Kumbh Mela de 2025 atrajo a más de 450 millones de devotos a lo largo de sus seis semanas de duración y, según los informes, más de 500 millones se habían dado el baño sagrado en los ríos a mediados de febrero. La asombrosa magnitud del acontecimiento pone de relieve tanto la devoción de los participantes como los retos logísticos que supone gestionar una reunión de este tipo.

En La Meca, el Ramadán transforma la ciudad con rezos nocturnos, comidas comunitarias y reflexión, mientras que la Navidad en Belén atrae a los peregrinos a la Iglesia de la Natividad para celebrar servicios a la luz de las velas. En Bodh Gaya, el Vesak conmemora el nacimiento, la iluminación y la muerte de Buda, llenando el complejo del templo de linternas y meditación. El festival Baisakhi de Amritsar también sumerge a los visitantes en el canto, la oración y la tradición sij.

El turismo religioso puede adoptar muchas formas. Las peregrinaciones son las más tradicionales: viajes largos y a menudo arduos diseñados para cumplir deberes espirituales o fomentar una conexión más profunda. Algunos ejemplos son el Hajj a La Meca, el camino a Santiago de Compostela en España y el viaje a Bodhi Gaya.

En cambio, las visitas turísticas pueden ser más cortas y centrarse más en la historia y la cultura. Puede que no todos los visitantes de la Ciudad del Vaticano sean católicos, pero vienen a disfrutar del arte, la arquitectura y el sentido único del lugar.

La escala del turismo religioso es enorme y abarca viajes locales, nacionales e internacionales. El Hajj atrae anualmente a cerca de 2 millones de personas en cuestión de días, mientras que el Maha Kumbh Mela puede congregar a cientos de millones durante varias semanas. Jerusalén, con sus millones de pernoctaciones, y Bodh Gaya, con sus millones de visitantes anuales, demuestran que el turismo religioso funciona no sólo a ráfagas, sino como una corriente constante de viajes durante todo el año.

El comportamiento respetuoso es crucial. La fotografía puede estar restringida, se aplican ciertos códigos de vestimenta y los rituales están estrictamente regulados. Los turistas que esperan salir de fiesta durante los días festivos más importantes pueden encontrarse con que no son bienvenidos. Comprender y respetar estas costumbres no sólo garantiza la seguridad, sino que también enriquece la experiencia del viaje.

 

Retos y peligros del turismo religioso

A pesar de sus recompensas, el turismo religioso conlleva riesgos inherentes. Las sensibilidades religiosas y culturales exigen respeto por parte de los visitantes. Los comportamientos considerados normales en otros lugares pueden percibirse como ofensivos o incluso blasfemos en los espacios sagrados.

Las multitudes son otro reto importante. Las peregrinaciones suelen reunir a cientos de miles de personas en un mismo lugar. «Como en cualquier otro lugar repleto de gente, las aglomeraciones pueden dificultar los desplazamientos por la ciudad», afirma Kent Webber, Director de Productos y Servicios de Inteligencia de Global Rescue. «También aumentan el riesgo de carterismo, robo de coches, usurpación de identidad y otros delitos».

Para frustrar a los posibles ladrones, Harding Bush, director asociado de Operaciones de Seguridad de Global Rescue y ex SEAL de la Marina, recomienda medidas prácticas. Los viajeros deben llevar ropa con bolsillos interiores o de cremallera, evitar las joyas llamativas y mantener ocultas las etiquetas del equipaje. «Procure no ser el blanco más fácil», aconseja Bush. «Los delincuentes vigilan. Los viajeros deben prestar atención y no bajar la guardia».

 

Sortear los obstáculos prácticos

Los problemas logísticos pueden complicar los viajes. Los cierres de carreteras durante los grandes festivales son habituales, al igual que las largas esperas en aeropuertos y puestos de control. Contratar a un conductor local puede ser muy valioso. «Conducir un vehículo en un país extranjero es una actividad de alto riesgo», dice Bush. «Contrate siempre a un conductor local que conozca la zona. Desconocer o confundirse con las indicaciones puede llevarte a un lugar vulnerable o convertirte en un objetivo obvio de ataque.»

Los servicios también pueden interrumpirse durante las fiestas religiosas. Las tiendas, los mercados y el transporte público pueden cerrar sin previo aviso, dejando a los viajeros sin acceso a lo esencial. La mejor defensa es la preparación: consultar al personal del hotel, pedir mapas locales y planificar rutas alternativas para conseguir comida, agua y transporte.

 

La Conexión Global de Rescate

El turismo religioso ofrece grandes oportunidades de crecimiento espiritual, enriquecimiento cultural y viajes inolvidables. Pero también presenta retos únicos que exigen preparación, concienciación y respeto. Artículos anteriores de Global Rescue sobre expediciones de escalada, catástrofes naturales y emergencias internacionales ilustran la misma lección: la preparación y un apoyo fiable son esenciales.

Los visitantes deben mantenerse informados sobre la situación actual de varias maneras. En primer lugar, mantenga el teléfono móvil cargado y consulte con frecuencia la aplicación My Global Rescue para obtener información actualizada sobre la evolución de la situación en su zona. Esté atento también a los medios de comunicación locales. Puede descargar la aplicación My Global Rescue aquí para Apple y aquí para Google Play.

Los viajeros también deben registrarse en la embajada de su país e inscribirse para recibir alertas y avisos. Los ciudadanos estadounidenses deben inscribirse en el Smart Traveler Enrollment Program (STEP) para recibir correos electrónicos y mensajes de texto de la embajada de Estados Unidos en caso de emergencias en la zona.

Ser miembro de Global Rescue significa tener acceso a asesoramiento médico y de seguridad especializado, servicios de evacuación y actualizaciones en tiempo real. Tanto si recorre las abarrotadas calles de la Ciudad del Vaticano como si camina descalzo por el Templo Dorado de Amritsar, rodea la Kaaba en La Meca o medita en Bodh Gaya, contar con un apoyo fiable garantiza que su viaje siga siendo una fuente de inspiración y no de estrés.